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martes, 7 de febrero de 2017

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miércoles, 14 de diciembre de 2016

El Fin de la Infancia

"El fin de la infancia" ("Childhood's End") es una novela de ciencia ficción de Arthur C. Clarke. Originalmente publicada en 1953, luego apareció una versión con un capítulo modificado en 1990 debido a la naturaleza anacrónica del capítulo inicial. La historia comienza con una pacífica invasión extraterrestre de la Tierra por una raza alienígena llamada los superseñores. Su llegada supone el final de todas las guerras, ayudando al mundo a organizarse en un nuevo orden mundial, llevando el planeta a una utopía. Muchos interrogantes se abren entre los humanos, que los alienígenas evitan contestar prefiriendo controlar el mundo desde sus naves espaciales. Décadas más tarde los superseñores se muestran como son, y su impacto lleva a una utopía final, pero .... leanlo para descubrirlo.


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lunes, 12 de octubre de 2015

FILMAN NAVE NODRIZA LANZANDO "SCOUTS" SOBRE LOS CIELOS DE FLORIDA!

El video fue capturado por una mujer en Jacksonville California. La testigo declaró estar mirando televisión, y al pasar por la cocina vio por la ventana una estructura negra de gran tamaño que en un principio pensó era un cometa. Luego de notar que no había nadie fuera controlandolo, comenzó a grabarlo extrañada por no poder explicar de que se trataba.

En el video se puede observar una estructura negra de gran tamaño flotando fija en el aire, y una secuencia que se repite dos veces, en la cual la estructura despliega lo que parecen ser naves de menor tamaño, se alejan y luego vuelven a la misma.


jueves, 8 de octubre de 2015

Las Naves Semilleras Ailunaki.

En esta ocasión transmitiré parte de las descripciones otorgadas por el contactado respecto de “Las Semilleras”, naves Ailunaki de gran porte destinadas a la colonización de sistemas estelares lejanos. Acorde a los datos brindados, los Ailunaki desplegaron una flota de alrededor de dos mil naves tipo semilleras.

Estas tenían como objetivo planetas que de acuerdo a los análisis de espectrometría de los sistemas de observación Ailunaki, poseían composición química similar a la de su planeta de origen, lo que permitía suponer que en los mismos la vida se había desarrollado de manera similar. Pero que presentaban la desventaja de encontrarse a una distancia considerable de este, lo que hacía inviable el despliegue de naves colonia por los motivos ya tratados en el siguiente artículo.


Para el momento de construcción de las naves semilleras el desarrollo tecnológico de la especie Ailunaki era apenas superior al actual terrestre, las naves eran propulsadas por sistemas de EM-Drive (tecnología actualmente en desarrollo por la humanidad). Los EM-Drive son motores que trabajan por impulso magnético y ofrecen una aceleración lenta, pero constante, que en largos tramos permite alcanzar velocidades cercanas a la de la luz.



La carga de las naves consistía en una flota de aproximadamente cuatrocientos drones de propulsión magnética, equipados con sensores para cartografía, los que una vez en destino eran desplegados con el objetivo de realizar detallados mapas de la disposición geográfica del planeta a colonizar. Una pequeña fuerza de doscientos androides de combate, pensados para lidiar con posibles peligros locales y proteger la semillera. Además de estos cargaban setenta androides de trabajo que tenían diversas tareas tales como construir la infraestructura necesaria para el soporte vital de los clones colonizadores, y la creación de los clones en si. Por otro lado, la nave contaba también con un laboratorio genético, en el cual se almacenaba la carga más preciosa de la misma, una enorme arca de genes Ailunaki y distintas especies autóctonas de su planeta de origen destinados a crear el ambiente necesario para el pleno desarrollo de sus colonias. Debe destacarse que además el laboratorio genético contaba con un apartado destinado al estudio de patógenos locales, cuyos recursos eran dirigidos a la investigación de micro organismos potencialmente peligrosos del planeta de origen, y el consecuente desarrollo de las vacunas y modificaciones genéticas necesarias para adaptar a los clones a sus nuevos entornos.

A tales fines, la Semillera contaba con diversos sistemas para la generación de energía, siendo el principal de ellos dos núcleos de fusión que alimentaban el EM-Drive, y proporcionaban la energía necesaria para la alimentación de los sistemas de procesamiento de la IA que se encontraba a cargo de la operación, como así también la recarga de las celdas de energía de los drones y androides. Por otro lado contaba con paneles solares que se desplegaban en el destino, los cuales tenían como fin proporcionar energía adicional para las tareas a desarrollar en el laboratorio genético y alimentar los sistemas de creación y filtrado de agua. Por otro lado esta energía alterna se destinaba también a mantener en funcionamiento los sensores de alerta inmediata que los androides emplazaban para crear un perímetro de seguridad en torno a la nave. Estos sensores se desplegaban conjuntamente con torretas defensivas, similares a los rayos de la muerte actuales, que disparan pulsos de micro ondas causando quemaduras severas sobre la piel del objetivo, para que este instintivamente huya.

Como ya he referido, la especie Ailunaki lanzó alrededor de dos mil de estas naves al espacio profundo, siendo la que arribara al planeta tierra la Teinon 43, llamada así en honor al ingeniero en jefe que años atrás había estado encargado del diseño de las naves, fue también un ferviente promotor de la estrategia de colonización por semilleo genético. 

Se lanzaron un total de 300 naves de tipo Teinon en un lapzo de 10 años, siendo esta la primer serie de semilleras que se lanzó al espacio. Las 300 naves de serie Teinon, a diferencia de las series subsiguientes, estaban programadas para llevar adelante protocolos de limpieza planetaria, que implicaban el desencadenar mecanismos de extinción masiva en el planeta objetivo cientos de años previos a su llegada.

Para lograr esto una nave Teinon arrojaba meteoritos al planeta mediante el arrastre gravitacional. El proceso implicaba navegar próximo a cinturones de asteroides en su viaje, valiéndose de su gravedad propia para atraer unos cuantos, y al entrar en el sistema estelar de su planeta objetivo orbitaria los planetas exteriores, creando una parábola para los proyectiles naturales que de esta forma eran lanzados. Mientras tanto, la nave permanecía en órbita esperando que alcancen su objetivo, y que la atmósfera vuelva a ser segura para el aterrizaje y desarrollo de la misión. Acorde al contactado fue este protocolo de limpieza el responsable de la extinción de los dinosaurios en la tierra.

En próximos temas trataré de recopilar y concatenar los diálogos que mantuve con el contactado respecto de la entrada de los grises en el escenario.

Saludos y paz.

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